Diagnóstico no es destino
Hablar de la muerte es difícil, pero es un tema que no podemos ignorar cuando se vive con cáncer ¿Nos podemos preparar para enfrentar esa posibilidad?
Por Gaby Pérez Islas @gabytanatologa
Enfrentar el cáncer de mamá es una batalla contra el miedo. Todos los días queremos recordarnos que hay más personas viviendo con cáncer que muriendo de él, pero la muerte es siempre una posibilidad.
Las reincidencias y metástasis nos van mermando no sólo en fuerzas, sino también en esperanzas de vivir libres de cáncer o de vivir simplemente con la vida a la que nos hemos acostumbrado llena de citas médicas, exámenes y trabajo en familia. Sin embargo, podemos llegar a un punto donde los doctores nos digan que ya no hay nada más por hacer. Que el tratamiento no está funcionando o nuestro cuerpo ya no responde a él. Sentimos que los recursos se nos van terminando y, sin embargo, es cuando hay que sacar fuerza de flaqueza para tomar una última decisión: con qué actitud voy a enfrentar lo inevitable.
¿Cómo prepararme para enfrentar la eventualidad de la muerte?
1- Revisa tu concepto de muerte. Tal vez tengas una mala impresión de ella o tu experiencia al respecto con familiares o amigos haya sido terrible. Hay algunas cosas importantes a recordar:
a) Cada muerte es única y particular como una huella digital.
b) La muerte es la graduación de la vida.
c) La muerte no arrebata, libera de sufrimiento y dolor.
d) Nuestros seres queridos sobrevivirán nuestra muerte.
2- Piensa qué quieres decir y hacer para cada uno de tus familiares. Si haces algo general para todos, funciona para nadie. Necesitas tener conversaciones significativas, dejar disposiciones, arreglar tus asuntos. Es por eso que una muerte anunciada da un tiempo de gracia para no dejar un “tiradero” que otros tengan que arreglar. Si prevemos esto les daremos libertad para llorar su pérdida en lugar de tener que hacer trámites y búsquedas de más. También en esto se demuestra el amor.
3- No cambies dolor por sufrimiento. Ya bastante has tenido con todo lo que has pasado para que ahora le sumes el sufrimiento de saber que vas a partir. Necesitamos buscar un estado de alivio en lugar de un estado de dolor. Por eso es muy importante que no estés enojada con tu cuerpo. Tú no lo traicionaste, no te enfermaste a propósito y para eso debes de recordar las tres C´s tan útiles en estos casos:
- Yo no lo Causé
- Yo no puedo Curarlo
- Yo no puedo Controlarlo
4- Es un reto muy desafiante el no empezar a vivir un duelo anticipatorio que te robe instantes de felicidad con los tuyos o con la vida. Trata de vivir en atención plena cada instante. Si estás disfrutando de un helado no empieces a pensar que tal vez será el último helado, al contrario, saborea cada gota de él. Exprímele a la vida todo lo que puede ser satisfactorio a tus sentidos, el cuerpo es el que morirá y el precio que hay que pagar por no tener dolor es ya no tener placer. Pero lo tuvimos, y mucho, por eso hay que agradecer haber vivido y hacerlo intensamente hasta el último minuto. Que éste, contenga 60 segundos de luz y nada de oscuridad.
No vayas mentalmente a tu funeral antes de tiempo. Eso es una tortura, confía que todo saldrá mejor de lo que piensas y que el amor podrá más que el dolor.
5- Habla de lo que tú quieras hablar, no te dejes arrastrar a temas superfluos o preocupaciones que a ti no te corresponden. Probablemente los demás no estén tan cómodos con el tema de las emociones como tú. La cercanía a la muerte nos da libertad y claridad. El final de la vida trae consigo muchos regalos envueltos en envoltura muy extraña. Tratamos de pensar la manera de salir del duelo, pero el camino no está en la cabeza sino en el corazón.
Hay que sentir para salir. Puedes pasar de la risa al llanto. Las carcajadas también abren el camino.
6- La pérdida de la vida no es un evento, es un proceso natural al igual que lo es para la vela que se consuma la cera. Si así sucede, cada vez dejará más al descubierto el pabilo. En los seres humanos ese delgado hilo que lo mantiene unido todo, se llama vida espiritual. Sé profundo en tu proceso para que des luz a partir de él. Para que tú compartas consuelo y aceptación y te vayas de esta vida agradecida y no enojada.
Todos aprecian la belleza de la mariposa sin detenerse en el trayecto que la llevó a serlo. Has pasado por mucho, fluye y no te resistas porque no hacerlo no significa que te des por vencida o “tires la toalla” como comúnmente se dice. Nadie pierde la batalla contra el cáncer, todas la damos. El resultado no tiene que ser la vida eterna. Dimos ejemplo, mostramos carácter, hemos estado muy activas porque la inercia es la enemiga del duelo.
Recuerda en todo momento que tú no eres un diagnóstico ni un problema por resolver. Eres amor y el amor no muere, se transforma. Vivirás en todo lo que amas. Tú tienes una historia, pero no eres sólo esa historia. Morir es un nuevo principio.
Bibliografía recomendada como herramienta y acompañamiento en el duelo:
Elige no tener miedo, Gaby Pérez Islas, Ed. Diana
Viajar por la vida, Gaby Pérez Islas, Ed. Diana
Cómo curar un corazón roto, Gaby Pérez Islas, Ed. Diana
http://gabytanatologa.com.mx/
Te recomendamos ver también los FB Live que hemos tenido con Gaby Pérez Islas:
Agradecer lo vivido, aceptar lo que perdimos y prepararnos para el 2021
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La calidad de vida hasta el final, manejo emocional del paciente y sus seres queridos