Sexualidad ¿Cómo se afecta con los tratamientos oncológicos?
La sexualidad se puede ver afectada por los tratamientos oncológicos, por ello es importante conocer lo que se puede presentar y cómo hablarlo en pareja.
La sexualidad es una parte muy importante de nuestras vidas, pero no es un tema fácil de tratar. Para empezar, es importante saber que es normal que perdamos el deseo sexual debido a los tratamientos oncológicos y a las preocupaciones inmediatas como: la salud, el dolor, la depresión, etc. Pero puedes estar segura de que éste regresará y debes estar preparada para saber cómo dirigirlo.
La clave para recuperar el interés es la comunicación con tu pareja. En cambio, el silencio es el peor enemigo de una relación sexual saludable. Es natural que pasemos por momentos de ansiedad y frustración, pero es mejor compartirlos con tu pareja que reservarlos sólo para ti.
Quimioterapia y sexualidad
Varios de los medicamentos utilizados en la quimioterapia dañan temporal o definitivamente nuestros ovarios, lo cual puede derivar en infertilidad. Sin embargo, aunque dejemos de menstruar, existe la posibilidad de un embarazo.
Las pacientes en tratamiento de quimioterapia experimentan síntomas de menopausia (incluyendo bochornos, resequedad vaginal, y dificultades en el momento de la penetración) y están más propensas a padecer infecciones vaginales. Además, se puede presentar un sangrado ligero después de tener relaciones, lo cual no debe ser motivo de preocupación ya que es el resultado lógico del adelgazamiento de la pared vaginal.
Con todo esto, nuestro cuerpo se debilita físicamente y como es lógico baja sensiblemente nuestro deseo sexual. Tampoco podemos dejar de lado el bloqueo que nosotras mismas nos imponemos por los efectos secundarios, como la perdida de cabello, lo cual nos hacen sentirnos poco atractivas.
Hormonoterapia y sexualidad
Cerca del 70% de los tumores de las pacientes expresan receptores hormonales en su tumor. Por la tanto la hormonoterapia en forma secuencial (cambiando de medicamentos) es más frecuentemente usada que la quimioterapia al menos al principio de la enfermedad metastásica.
La hormonoterapia no es para todas la pacientes con cáncer de mama, ya que no todos los tumores son sensibles a los estrógenos. Para los que si lo son, se usa para evitar que las células cancerosas se alimenten de dichas hormonas.
Quienes toman hormonoterapia no sufren cambios tan severos en su actividad sexual, pues los trastornos más comunes son los bochornos y la resequedad vaginal. Para contrarrestar esta última, lo mejor es utilizar lubricantes a base de agua: la vaselina y los productos con aceites no son recomendables.
Radioterapia y sexualidad
Durante un tratamiento de radioterapia, la piel del pecho cambia de color, se hincha y se vuelve mucho más sensible al roce. En cambio, el pezón normalmente no se altera.
La cirugía o la radiación aplicada en el pecho no reduce nuestro deseo sexual; tampoco disminuye la lubricación vaginal o la sensación de los genitales.
Cirugía y sexualidad
Perder un seno es una experiencia difícil de enfrentar y sobrellevar que afecta directamente la concepción que tenemos tanto nosotras como nuestra pareja) de la femineidad y la sensualidad. Es difícil evitar la sensación de que hemos perdido nuestro atractivo lo cual repercute directamente en nuestro deseo sexual.
Debemos estar conscientes de que no hay reglas para encarar esta situación. Lo único que se puede recomendar es hacer lo que cada quien considere que es lo correcto, tanto en el plano individual como en el de pareja.
El apoyo que puede brindar un terapeuta sexual puede ser de gran utilidad para encarar y sobrellevar este período tan complejo del tratamiento. Es importante consultar a su médico para discutir cualquier duda que tenga relacionada con la sexualidad y los tratamientos oncológicos.
Fuente: Asociación Mexicana contra el cáncer de Mama A.C.
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